lunes, 6 de octubre de 2025

¿Sigue mereciendo la pena trabajar como traductor profesional?

Si conoces a algún traductor que trabajara en el sector de la traducción en los años noventa o incluso en la primera década de los dos mil, sabrás lo diferentes que eran las condiciones en aquellos tiempos: tarifas que duplicaban o más las actuales, volúmenes de trabajo de cientos de miles de palabras que garantizaban a veces el trabajo durante un mes, viajes durante semanas a otro país para probar software por cuenta de la empresa… una época de esplendor para el traductor muy distinta de la que ahora se vive en este sector. Pero, ¿qué ha cambiado? A continuación, vamos a ver varios factores que han motivado el deterioro del trabajo de muchos traductores.

Calidad de la traducción automática
Si antes las traducciones automáticas eran tan pésimas que resultaban divertidas, con la aparición de las redes neuronales su calidad mejoró y ahora su calidad suele ser comparable a la humana, en particular si el motor de traducción se ha alimentado con textos similares a los que debe traducir. Este aumento de la calidad ha sido un arma de doble filo para la traducción: ha facilitado y agilizado el trabajo, pero también ha provocado una bajada de las tarifas y una aceleración de los plazos de entrega. La traducción automática todavía comete errores, pero su tasa de errores tiende a ser tan baja que las tareas de posedición se están convirtiendo en tareas de revisión, al ser la calidad de partida comparable a la de un ser humano. Pero tal vez lo más preocupante sea su margen de mejora: si alguien ha comparado la calidad de una traducción generada por un motor de traducción, como DeepL, con la de una generada por un agente de IA, como Gemini, verá que los agentes lo hacen bastante mejor, por lo que es probable que dentro de poco los traductores reciban traducciones de calidad aún mejor y, en consecuencia, las tarifas que cobrarán serán aún más bajas.

Auge de las herramientas de traducción en la nube
La evolución de las herramientas ha sido otro arma de doble filo para los traductores. En el lado positivo, los precios de las herramientas han caído y, en la mayoría de los casos, es el cliente quien proporciona el acceso a la herramienta. En el lado negativo, al ser el cliente quien gestiona la plataforma tiene total libertad para elegirla, lo que tiene diversos impactos negativos para el traductor:

  • las herramientas se centran ahora más en la gestión que en la traducción: dado que el comprador se encarga de la gestión, se atienden sus prioridades, como la protección de la información confidencial, muchas veces restringiendo funciones que serían muy útiles al traductor, por ejemplo, limitando el acceso a las memorias de traducción o las operaciones que se realizan con los archivos. Tareas que antes eran muy habituales, como efectuar un recuento de las palabras que quedan por traducir o crear una memoria de traducción a partir de un grupo de archivos, ahora son imposibles en estas herramienta. Muchas de ellas llegan a parecer más bien herramientas de gestión que apenas incluyen una funcionalidad mínima para la traducción y, dado que el traductor no paga ni elige la herramienta en la que trabaja, sus quejas y sugerencias nunca se tienen en cuenta.
  • pérdida de posibilidades de desarrollo: al no incluir estas herramientas funciones avanzadas, la experiencia pierde relevancia. Incluso tras varios años trabajando con una herramienta en línea, el dominio de la herramienta no se diferenciará mucho de un principiante, ya que apenas hay funciones avanzadas que se puedan aprender. Tampoco sirve de nada aprender a manejar herramientas auxiliares para el QA, como Xbench o Verifika, ya que no pueden emplearse con las traducciones elaboradas con estas herramientas. Por tanto, el traductor será más prescindible y sustituible, al no llegar nunca a acumular conocimientos que le hagan destacar sobre los recién llegados al sector.

Consolidación de las grandes empresas de traducción
Con el auge de la localización, surgieron un elevado número de empresas internacionales que trabajaban directamente con los clientes finales y se encargaban de la traducción a todos los idiomas. El cliente únicamente tenía que tratar con un punto de contacto que distribuía el trabajo a empresas nacionales intermediarias que solo se encargaban de una o dos combinaciones de idiomas y contaban con traductores en plantilla o enviaban el trabajo a traductores autónomos. A medida que el acceso a internet fue mejorando, la utilidad de estas empresas intermediarias disminuyó, ya que las empresas internacionales empezaron a tratar directamente con el traductor autónomo, con el consiguiente ahorro económico que suponía eliminar un eslabón. También comenzaron a fusionarse las empresas internacionales, probablemente para aprovechar de las economías de escala que ofrecía una organización de mayor tamaño. Sin embargo, tanto para los traductores autónomos como para las empresas nacionales que quedan, esta fusión disminuyó su poder de negociación: cuando el trabajo de un traductor o una empresa nacional depende del volumen que le entrega una única empresa internacional, difícilmente podrá negociar tarifas o plazos si no tiene otro cliente igualmente importante y sabe lo difícil que es encontrar uno nuevo.

Además de esta fusión de las empresas directamente del sector de la traducción, también ha influido la concentración similar que se ha ocurrido en los clientes finales. Si tres empresas médicas se fusionan en una sola, estará mejor situada para solicitar una reducción de las tarifas, que acabará trasladándose al traductor final. Si antes un traductor trabajaba con cinco empresas y llevaba once cuentas, tras estas fusiones es posible que trabaje con solo dos empresas y se encargue solo de cinco cuentas, lo que limita su capacidad de negociación.

Disminución del interés en la calidad de la documentación escrita
Aunque ninguna empresa admitirá abiertamente que no le preocupa la calidad de un componente de sus productos, si se trata de algo que no tiene un impacto directo en sus ventas, es probable que elija la opción más económica a expensas de la calidad. Cualquier traductor con experiencia habrá tenido que lidiar con textos mal redactados, en parte porque la profesión de redactor técnico ha experimentado un declive similar al del traductor. Si una empresa no cuida los textos en su propio idioma, menos aún le interesa la calidad de la traducción de esos textos a otros idiomas, en particular si no corresponden a un mercado importante. Errores que son intolerables para un traductor, como una palabra mal escrita, un error de concordancia o un término incoherente, parecen irrelevantes para los usuarios finales y, dado que no afectan a la decisión de compra ni a la experiencia con el producto o servicio, son de poco interés para la empresa. Otras tendencias, como la reducción del uso del papel y la preferencia de los usuarios por otras maneras de solucionar sus dudas y documentarse, como mediante vídeos de otros usuarios o consultas en foros o a agentes de IA, han hecho que la documentación escrita y en línea que antes generaba grandes volúmenes de traducción, sea ahora menos relevante.

Perspectivas para el futuro
El mercado de la traducción se encuentra en una situación muy peculiar: continúa moviendo grandes cantidades de dinero pero, precisamente ese alto volumen de facturación hace que haya un fuerte impulso en abaratarlo. Mientras que otros aspectos del suministro de un producto o servicio no se prestan tanto a ello, las características de la traducción (contenido totalmente digital y disponibilidad de grandes de bases de datos de traducciones anteriores) hacen que haya muchas maneras de reducir su coste, lo que suele redundar en perjuicio del traductor, que debe enfrentarse a una mayor inestabilidad y a tarifas cada vez menos rentables.

La profesión de traductor ha cambiado mucho en las últimas décadas. Apenas quedan ya aquellos expertos en idiomas que adoraban pasarse el día leyendo prensa extrajera y consultando diccionarios. Ahora consiste más bien en corregir documentos interminables a marchas forzadas preguntándole las dudas a un agente de IA y, sobre todo, rellenando informes de calidad generados por herramientas tan poco depuradas que en el 99% de los casos hay que indicar que se trata de un falso positivo. Una tarea para la que apenas se necesita formación y, lo que es peor, en la que apenas se puede progresar. Alguien que comience a trabajar ahora como traductor, dentro de cinco años no habrá acumulado una experiencia que le permita aspirar a puestos y salarios mejores, sino que seguirá utilizando unas herramientas que no habrán mejorado y no le quedará más remedio que aceptar unas tarifas más bajas si quiere seguir recibiendo trabajo. Tal vez sea interesante como aproximación al mundo laboral, al igual que trabajar de niñera o cortar el césped de los vecinos, pero prolongarlo más allá de unos pocos años probablemente solo consiga que uno acabe preguntándose por qué no eligió un trabajo que le permitiera prosperar y desarrollarse.

Aunque son malas noticias tanto para los aspirantes a traductor como para los profesionales experimentados, lamentarse demasiado sería despreciar el avance que estos cambios han aportado a la humanidad, como si un médico lamentara haberse quedado sin trabajo porque una píldora milagrosa ha acabado con todas las enfermedades. Nunca antes los idiomas han supuesto menos una barrera para la comunicación como ahora. El subtitulado automático permite ver y entender vídeos en cualquier idioma y prácticamente cualquiera puede redactar o leer textos en cualquier idioma con un precio y un esfuerzo mínimos. Ya hay aplicaciones para móviles y auriculares que funcionan como intérpretes simultáneos. Los idiomas, el castigo bíblico enviado por dios para impedir la construcción de la torre de Babel, están dejando de ser un obstáculo para la comunicación y el entendimiento entre todos los habitantes de este planeta. Se acerca el momento de buscar nuevos retos.


domingo, 16 de marzo de 2025

Return to Arkham City (aprende a jugar en 5 minutos)


Pad derecho:
↑: seleccionar elementos (corriente eléctrica para abrir puertas)

Pad izquierdo:
△: contrataque/eliminación silenciosa
▢: ataque
X: correr (deslizarse al pulsar R2 mientras corres)

R1: subirse a cornisa
R2: apuntar equipo seleccionado
R2 + O: descarga eléctrica si está equipada

jueves, 27 de febrero de 2025

Voces que no deberían silenciarse

Más de mil artistas británicos, entre los que se incluyen Dua Lipa y Kate Bush, han respaldado un disco para impedir que las empresas puedan entrenar sus modelos de inteligencia artificial con sus canciones. El disco en cuestión consta de 12 canciones que consisten en un completo silencio que, según alegan, es lo que nos espera si se permite que la inteligencia artificial entre en el mundo de la música.

En principio, puede parecer una idea buena y certera, dado que el mundo del arte siempre ha parecido el último reducto en el que la intervención humana era fundamental. Sin embargo, apenas se analiza un poco esta idea, empiezan a apreciarse costuras. A fin de cuentas, viene a ser como si los artesanos alfareros anteriores a la revolución industrial nos advirtieran de los peligros de la automatización industrial sacando al mercado cajas de cartón vacías, sin platos ni vasos en su interior, para avisarnos de lo que nos espera. Ejem, lo cierto es que tanto la revolución industrial como la inteligencia artificial lo que provocan es más bien lo contrario, una abundancia de productos, lo cual también puede generar problemas, pero desde luego lo que nos espera no es una época sin música.

Aún así, hay otra pregunta más importante que desmonta las bases de esta protesta. Si la música que crean es algo que necesita de la intervención humana, ¿por qué temen que pueda sustituirles las inteligencias artificiales? Ningún traductor se sintió amenazado cuando los motores de traducción automática traducían la frase rusa “El espíritu es fuerte, pero la carne es débil” como “El vodka es bueno, pero el filete está podrido”. Fue cuando los traductores empezamos a ver que las traducciones de las máquinas no diferían tanto de las humanas cuando empezamos a pensar que parte de nuestro trabajo empezaba a quedar obsoleto. Por tanto, el problema no es que en el futuro no haya música, sino que hay motivos para pensar que el papel de los artistas en la música está a punto de cambiar.

Otro problema que pasa por alto esta iniciativa es que, aunque la ley prohibiera a las empresas entrenar sus modelos de inteligencia artificial con su música, no habría inconveniente alguno en que las discográficas, que con frecuencia son las propietarias de los derechos de autor de la música, creen sus propios modelos de IA con esta música y los utilicen para aumentar al máximo sus beneficios. Los artistas perderían mucho poder si no fueran necesarios para crear la música que ahora escriben, bastaría con que la discográfica desarollara su propio modelo para producir tantos discos atributos al artista que prefirieran, a no ser que haya tenido mucho cuidado al redactar su contrato, algo que no suele ocurrir con los artistas noveles. Incluso podrían poner estos modelos a disposición del público, aunque por un precio muy superior a lo que ahora cuestan los modelos de generación de música por IA. Por supuesto, este servicio sin duda incluiría estrictas cláusulas para que la música no pudiera redistribuirse ni para ningún uso comercial.

Aunque tal vez en realidad la metáfora no vaya descaminada. Estamos en un momento en el que las decisiones que se tomen pueden silenciar muchas voces, aunque no son las de esos artistas con contratos millonarios, sino la de toda esa gente anónima que, por una vez, podría expresar sus inquietudes y sentimientos a través de la música, aunque no tengan formación musical ni haya una discográfica dispuesta a pagarles un ejército de compositores y productores. Basta repasar las listas de grandes éxitos para ver que la temática de la mayoría de estas canciones van del tópico tema “me has abandonado y no puedo superarlo/ya te he olvidado”. Tal vez sería una novedad que, en lugar de escuchar las tribulaciones sentimentales de Shakira o los problemas que le plantea la fama a The Weeknd o a Billie Eilish, uno pudiera escuchar canciones sobre los temas que le preocupan o lo que le interesa a la gente que rodea. Es por este posible silencio, de estas voces que hasta ahora nadie escuchaba, por las que es preferible que se permita que estos modelos se desarrollen y todos puedan disfrutar de ese nuevo mundo de posibilidades que es cierto que asusta un poco, como todo lo desconocido, pero que tiene un gran potencial de mejorar nuestras vidas.

PD: Si alguien piensa que estas herramientas no consiguen buenos resultados, le sugiero que escuche esta canción chill, este instrumental clásico o esta canción de baile, para que descubra cómo amplifican las posibilidades musicales, incluso de un simple traductor.

martes, 7 de enero de 2025

¿Es la comida la gran oportunidad que Amazon y Alexa se están perdiendo?

A mi madre nunca le gustó la tecnología y si no cambió su smartphone por un teléfono menos inteligente y más fácil de usar fue porque en el último momento se dio cuenta de que echaría de menos las fotos y vídeos que su hermana le enviaba por whatsapp. No se me ocurre mejor ejemplo de lo que es una «killer app», una aplicación que por si sola basta para que alguien decida comprar y usar un aparato. La mayoría de las tecnologías que han triunfado en los últimos años lo han hecho gracias a una o varias de estas killer apps. Por ejemplo, la popularización de los ordenadores domésticos se vio impulsada por la llegada del correo electrónico y la posibilidad de tener fotos, canciones y vídeos en el ordenador. Miles de potenciales compradores muy poco interesados en las suites de ofimática acabaron comprando un PC para su hogar con tal de poder utilizar Hotmail y Winamp en su ordenador. También tecnologías a las que le ha sucedido justamente lo contrario. Por ejemplo, las gafas de realidad virtual, a pesar de la excelencia técnica que se ha logrado, no han llegado a convertirse en un producto de consumo masivo porque no ha surgido ninguna aplicación que justifique su compra y su uso diario. Una killer app, para que pueda considerarse como tal, debe crear o solucionar una necesidad díficil de satisfacer de otra manera. Por ejemplo, el correo electrónico no tardó en sustituir al correo postal porque era mucho más rápido y barato, pero ha surgido nada parecido en la realidad que capte la atención del público de tal manera.

Los asistentes virtuales por altavoz, como el Alexa de Amazon, prometían revolucionar el hogar moderno, pero una vez que se desvanece la emoción de pedirle que ponga música, te informe del tiempo o añada cosas a una lista, lo cierto es que no sirve para nada que no se pueda hacer de manera incluso más cómoda con un smartphone. Por tanto, encaja a la perfección en la categoría de tecnología emergente que necesita urgentemente una killer app que la impulse y, a ser posible, que impulse los beneficios de otras divisiones de Amazon.

A pesar de las grandes cantidades de dinero que mueve, el sector de la alimentación es uno de los que menos ha cambiado con la llegada de las nuevas tecnologías. Por supuesto, es posible comprar en supermercados por internet y los establecimientos se han beneficiado internamente de un buen número de avances. Sin embargo, la experiencia de la mayoría de los consumidores sigue siendo la misma y continúan haciendo la compra físicamente. Hay varios buenos motivos para ello, como por ejemplo la naturaleza perecedera de muchos de estos productos y la urgencia con la que se necesitan, pero lo cierto es que la compra por internet no ofrece muchas ventajas, más allá de evitar un desplazamiento que en la mayoría de los casos es corto dada la ubicuidad de las tiendas de alimentación.

Si bien en el hiperconsumista occidente podría pensarse que la alimentación es un problema resuelto, lo cierto es que la mera disponibilidad de todos los alimentos imaginables no basta para que los ciudadanos occidentales se alimenten de manera saludable y con alimentos apetecibles. La elevada incidencia de problemas de obesidad y enfermedades cardiovasculares debidas a una mala alimentación, incluso en los países con un elevado poder de consumo, indican que hay algo que no acaba de ir bien. Y es que para alimentarse bien, no basta con tener dinero y poder comprar alimentos, es necesario también dedicarle un tiempo del que carece la acelerada sociedad actual, lo que ha hecho que se abuse de alimentos superprocesados de valor nutritivo y gastronómico cuestionable. En realidad, para comer bien bastan con tener las recetas adecuadas y los ingredientes necesarios en la cocina, pero la mayoría de la gente no encuentra el tiempo necesario para planificar los menús de la semana y hacer la compra pertinente, lo que dispara las decisiones de última hora.

Si sumamos todo esto, veremos que tenemos todos los ingredientes necesarios de un producto tecnológico de éxito: un sector millonario, una necesidad no atendida y una enorme cantidad de datos que podemos procesar para resolver el problema. Por supuesto, hay en abundancia tanto apps como webs dedicados a la comida, pero a fin de cuentas, no son más que recursos entre los que el usuario debe abrirse paso para encontrar lo que necesita.

Alexa podría resolver este problema de una manera novedosa y óptima. Es fácil imaginarse un futuro en el que con apenas cinco minutos de conversación con nuestro dispositivo no solo tenemos solucionadas todas las comidas de la semana, sino que la lista de la compra necesaria está en nuestro móvil y basta pulsar un botón para que nos la traigan a domicilicio y, además, sin tener que soportar complicadas o incómodas dietas, nuestra salud mejorará. Y si hay algún cambio en el plan, que lo habrá, bien porque no sigamos el plan establecido o sencillamente porque nos apetece algo diferente, se reprogramarán el resto de las comidas para dar prioridad a los alimentos que caducan antes y reducir al mínimo el desperdicio.

La clave está en que para lograr una solución así, el sistema debe conocer muy bien el usuario y sus hábitos alimenticios. A los usuarios no les suele tener que rellenar a diario formularios, por lo que Alexa ofrece un método para que el sistema aprenda las pautas del usuario. En esta primera fase, el sistema se limita a aprender lo que suele consumir el usuario y las características de su unidad familiar. Dado que inevitablemente habrá huecos, los patrones aprendidos de usuarios similares pueden servir para elaborar estimaciones y pedir al usuario únicamente que las valide. En la segunda fase, el sistema comienza a planificar los menús siguiendo las costumbres del usuario, que sigue alimentándose de la misma manera, pero agilizando la redacción de la lista de la compra y su adquisición. Una vez que el usuario está satisfecho con la replicación que el sistema hace de su alimentación, comienza la tercera fase, en la que el sistema comienza a proponer mejoras en la alimentación del usuario, según sus objetivos, como por ejemplo perder/ganar peso, prevenir enfermedades o dar prioridad a determinados principios éticos.

En la actualidad no hay ninguna solución similar que se pueda emular, lo cual hace el desarrollo más difícil. Sería necesaria la colaboración de un gran número de expertos en diversos campos, juntos con exhastivas pruebas con usuarios reales para llegar a crear algo que pueda considerarse como el «iTunes de la comida» y logre ordenar los hábitos alimenticios de los usuarios de la manera en que iTunes lo hizo con sus colecciones de música. Sin embargo, esta dificultad es precisamente lo que la convierte en una gran oportunidad. La primera empresa que logre que sus clientes se alimenten de manera más saludable, acorde a sus gustos y gastando menos dinero, se convertirá en el referente del sector y, por el círculo virtuoso que se puede conseguir (más usuarios, más datos, más calidad), será difícil de batir. Usuarios satisfechos y publicaciones que divulguen las bondades de esta oferta pueden ser la mejor publicidad y, si no basta, algo como «come a diario como si el mejor chef del mundo cocinara para ti», puede servir. Por su infraestructura de venta y asistentes virtuales, Amazon se encuentra en una posición óptima para liderar este sector y, si tenemos en cuenta los beneficios que Apple obtuvo con su tienda de música digital, los beneficios potenciales pueden llegar a dar miedo. En realidad, lo único que es extraño que todavía nadie esté trabajando en ello, pero lo bueno en tecnología es que, si hoy todavía no existe, podemos confiar en que mañana existirá.

lunes, 12 de febrero de 2024

Assassin's Creed Valhalla (aprende a jugar en 5 minutos)

 

Pad derecho:

↑: llamar a cuervo (localizar recursos/objetivos)
←: silbar/llamar montura
→: consumir ración
↓: acciones rápidas (llamar drakar)

Pad izquierdo:

▢: esquivar
X: parkour arriba (mantener)
O: parkour abajo (mantener)

R1: ataque débil/asesinar
R2: ataque fuerte

L1: ataque con mano izquierda
L2: apuntar arco

R3: visión de asesino
L3: correr

Tras llenar la barra de adrenalina (rayas amarillas), usar habilidades manteniendo pulsado R2 (golpes) o L2 (flechas) y pulsando △, O, X, ▢.

Consejos generales:

La energía no se regenera, hay que buscar comida.
Mejorar asentamiento
Gastar puntos en habilidades

miércoles, 9 de agosto de 2023

Unity 3d: Conceptos básicos

Listas

Crear una lista de objetos:

List<Car> carsUp=new List<Car>();

Añadir un objeto:

Car car=new Car();
carsUp.Add(car);

Obtener el número total de elementos:

carsUp.Count

Acceder a la propiedad id del elemento en la posición n:

cars[n].id

Eliminar el elemento en la posición n:

carsUp.RemoveAt(n);

Borrar todos los elementos:

carsUp.Clear;

Aleatoriedad

Obtener un número aleatorio (0 o 1):

int index=Random.Range(0, 2);

Modificar un sprite

Mover:

float posX=transform.position.x;
float posY=transform.position.y;

posY += speed * Time.deltaTime * direction;
Vector3 pos=new Vector3(posX, posY, 0.0f);
transform.position=pos;

Cambiar la escala:

Vector3 scale=new Vector3(alpha, alpha, 1.0f);
transform.localScale=scale;

Cambiar el color:

Color colorSelected = new Color32((byte)(127+Random.Range(0,128)), (byte)(127+Random.Range(0,128)), (byte)(127+Random.Range(0,128)), 255);
GetComponent<SpriteRenderer>().color = colorSelected;

Crear una variable final

public static readonly int status=0;

Cadenas de texto

Comparar cadenas de texto:

text.ToLower().Equals("fin")

Buscar una cadena:

text.IndexOf("=")

Extraer una cadena:

text.Substring(0,2)

lunes, 17 de abril de 2023

SDL Trados: cómo buscar y reemplazar el espacio entre cifras y unidades

Colocar un espacio indivisible entre una cifra y su unidad garantiza que ambos elementos nunca se verán separados por la división automática de un párrafo en líneas. Dado que este curioso elemento, el espacio indivisible, es también invisible, al ser su aspecto es idéntico al de un espacio normal, tendremos que activar la opción de mostrar la opción los caracteres no imprimibles para verlo, en cuyo caso suele representarse con un círculo idéntico al del grado:

40°mm

Mezclar espacios indivisibles y normales puede generar problemas de visualización, por lo que es una buena costumbre utilizarlos de manera coherente. Sin embargo, principalmente en traducciones con una gran cantidad de texto procedente de traducciones anteriores, es fácil que en algunas ocasiones se hayan sustituido por espacios normales. Desde SDL Trados es muy fácil localizarlos y sustituirlos de manera automática configurando en el cuadro Buscar y reemplazar la siguiente búsqueda:

Buscar: ([0-9]) mm

Reemplazar por: $1 mm

Utilizar: Expresiones regulares

Esta configuración quedaría así:

Dado este cuadro no muestra los caracteres invisibles, hay que tener mucho cuidado para que el carácter que introducimos en el cuadro Reemplazar por sea el correcto.

Como de costumbre, es muy poco recomendable elegir Reemplazar todo para aplicar esta corrección, ya que los efectos pueden ser inesperados. Por ejemplo, si queremos sustituir los espacios entre cifras y la unidad Mhz, la sustitución global tal vez sea razonablemente segura, pero si queremos corregir espacios entre números y unidades más cortas (como metros [m], segundos [s] o litros [l]), Reemplazar todo puede hacer que introduzcamos espacios en lugares que no nos interesan como, por ejemplo, un índice como el siguiente:

1 Mantenimiento

2 Superficies estériles

3 Lavado de sondas

¿Sigue mereciendo la pena trabajar como traductor profesional?

Si conoces a algún traductor que trabajara en el sector de la traducción en los años noventa o incluso en la primera década de los dos mil, ...